Especialistas de la desinformación: UNA PROFESIÓN CADA VEZ MÁS EN BOGA

El tiempo en que bastaba decir “lo he leído en el periódico, lo escuché en la radio, lo he visto en la televisión” para silenciar a todos los escépticos, ha pasado de moda. Lo que se escribe en el diario, lo que se escucha en la radio, lo que se nos muestra en la televisión, ya no tiene la credibilidad de antes. Una nueva profesión se está tallando un espacio para crear noticias que responden bien a lo esperado de los que les pagan.

Por Oscar Fortin

Se presentan como los especialistas del maquillaje de las mentiras para presentarles como si fueran verdades. Saben convertir la verdad en mentira y hacer de la mentira lo que hay de mas verdadero. Una carrera que tiene su precio y que conviene bien a los que necesitan tener el control de la información para llevar a cabo sus proyectos no siempre dedicados a los huérfanos o a los despojados. Estos fabricantes de imágenes y opiniones saben cómo venderse. Tienen toda la apariencia de personas que no saben mentir y aun menos a sus lectores o auditores.

Ya conocemos las funciones de los consejeros de prensa de los Ministros y representantes de las grandes instituciones nacionales e internacionales. Tienen como tareas de hacer resaltar los lados hermosos y buenos de sus patrones, mientras muestran sutilmente todas las malas facetas de sus adversarios. Qué estos consejeros traten la información de manera a favorecer sus jefes no sorprende a nadie y parece normal que así sea. 
En la ciudad donde yo vivo, tuvimos a un alcalde quien, recién llegado a su puesto, se buscó a un especialista que supiera asegurarle una buena imagen. Logró a encontrar uno en Francia que contrató con un sueldo bastante elevado. Lo que sucedió es que aquel especialista, en lugar de mejorar su popularidad la hizo bajar. El alcalde no demoró mucho tiempo para devolverlo de donde venia. En este caso se trata de un consejero en comunicación cuya responsabilidad es de asegurar la buena imagen de su jefe.
En el caso de la prensa escrita y de los boletines de noticias nacionales e internacionales, la situación es diferente No se trata de especialistas en comunicación sino de periodista en información. El público espera que estas grandes redes de información con sus periodistas aporten hechos verificados y proporcionen análisis que le permiten entender mejor lo que ocurre en cualquier región del mundo. En ellos está la única fuente de información para más del 80% de la población.
Por ejemplo, en nuestras democracias representativas, los gobiernos deciden de todo pero necesitan mantener una buena imagen ante el pueblo. Por ejemplo, en los casos de gastos militares y de intervenciones militares en otros países les conviene que los electores sepan que lo hacen por motivos humanitarios y no para conquistar países, riquezas y muchos otros objetivos que no tienen nada que ver con lo humano.

Son decenas de miles de millones de dólares que están comprometidos cada año en materia de armamentos e intervenciones militares en países alrededor del mundo. Los líderes políticos y los medios de comunicación no se preocupan tanto en dar una buena y justa información sobre la realidad sino convencer a la opinión publica, a través varios montajes, que estos gastos e intervenciones militares son justificados.
A lo largo de los últimos diez años, hemos visto una especie de cumbre en el establecimiento de medios de comunicación para engañar a la opinión pública nacional e internacional. Las técnicas son múltiples y permiten el ajuste de la realidad a los intereses de los actores. La red internacional de los medios de comunicación ligados a los mismos dueños asegura la difusión mundial de su verdad.
Por el momento el padre de la mentira llega todavía a imponerse como padre de la verdad, pero es posible que sus horas estén contadas. Las lenguas se desligan y las conciencias se despiertan...

Traductor : Marius Morin - Fragmento de la nota original Fuente: http://blogs.periodistadigital.com

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