La «Advertencia a la Humanidad» de los científicos, 25 años después

El 13 de noviembre de 2017, W.J. Ripple et al. publican en la revista científica BioScience un artículo acompañado por otros 15.364 firmantes de 184 países, entre los que me encuentro. El artículo se titula “Advertencia de la Comunidad Científica Mundial a la Humanidad: Segundo Aviso”. Como a los humanos nos gustan los récords diremos que nunca en la historia de la ciencia ha sido publicado un artículo científico con tantas firmas, aunque obviamente mi contribución y la de los otros más de 15.000 ha sido simplemente la de adherirnos a un texto ya escrito.

Carlos de Castro

El artículo comienza recordándonos que hace 25 años más de 1.500 científicos firmaron un manifiesto que dirigieron a los medios de comunicación y a los líderes políticos del mundo. Lo titularon: “Warning to Humanity“.
Aunque en mi caso en 1992 ya llevaba más de un año divulgando como científico los gravísimos problemas ambientales que enfrentábamos, no me enteré en ese momento de la iniciativa hasta varios años después, por dos motivos: Internet estaba aún en pañales (ese mismo año había mandado mi primer correo electrónico a un compañero de Valladolid desde Windsor, Canadá) y los medios de comunicación (prensa, radio y televisión) hicieron caso omiso a esa primera Advertencia, quizás saturados por los acontecimientos de Río de Janeiro de ese mismo año, quizás porque los científicos eran mucho más radicales antisistema que los políticos y movimientos sociales de la época.
Hace unos 20 años comencé a poner en mis charlas, conferencias y cursos —en casi todas ellas— un extracto de ese primer Warning, concretamente este (la traducción es mía):
    •    Los seres humanos y el mundo natural están en un camino de colisión. Las actividades humanas hacen mucho daño, a menudo irreversible, sobre el medio ambiente y sobre fuentes de recursos naturales críticas. Si no se revisan, muchas de nuestras prácticas actuales ponen en riesgo serio el futuro que deseamos para la sociedad humana y los reinos animal y vegetal, y pueden alterar el mundo vivo de tal forma que seamos incapaces de sostener la vida en la manera que la conocemos ahora. Se necesitan urgentemente cambios fundamentales si es que queremos evitar nuestro presente camino de colisión.
    •    No disponemos de más de una o unas pocas décadas para revertir los peligros que ahora tenemos si queremos evitar que el progreso de la humanidad quede enormemente disminuido…
    •    Nosotros, los abajo firmantes, (…), así pues, advertimos a toda la humanidad de lo que está ahí enfrente. Un gran cambio en nuestras formas de actuar sobre la tierra y la vida se requiere si se quiere evitar una miseria humana generalizada y no se quiere mutilar de forma permanente nuestro planeta.”
Durante los últimos cinco años suelo añadir en ocasiones que tras leer ese texto y por coherencia con el mismo, hoy quizás deberíamos modificar esos párrafos de la siguiente manera (véase por ejemplo “Última llamada” versus “Advertencia a la Humanidad”):
Los seres humanos y el mundo natural colisionaron. Ya no se puede sostener la vida en la manera que la conocemos ahora. Dispusimos hace unas décadas de tiempo, pero ahora ya no podemos evitar que el progreso de la humanidad quede enormemente disminuido…
Este sería el comienzo del Segundo Aviso que me habría gustado firmar. Sin embargo dos décadas y media después, aprovechando el anclaje humano que tenemos a aniversarios redondos, es cuando surge el artículo/manifiesto de Ripple y sus más de 15.000 colaboradores.
En este artículo se destaca que la mayoría de las tendencias, que los científicos de 1992 vislumbraban peligrosas y que exigían cambios sociales radicales, o bien han continuado o incluso se han acelerado más allá de lo esperado. En vez de cambiar la trayectoria de choque, hemos acelerado.
De este Segundo Aviso destacaría estos dos párrafos (traducción oficial):
    •    Estamos poniendo en peligro nuestro futuro por nuestro desproporcionado consumo material y por no darnos cuenta de que el alocado crecimiento de la población mundial es el principal impulsor detrás de la mayoría de amenazas ecológicas e, incluso, societales. Con su fracaso en limitar adecuadamente el crecimiento de la población, en reevaluar el papel de una economía enraizada en el crecimiento permanente, en reducir la emisión de GEI (gases de efecto invernadero), en incentivar la energía renovable, en proteger el hábitat, en restaurar los ecosistemas, en parar la extinción de fauna, en frenar las especies invasivas, la humanidad no está tomando los pasos urgentes que necesitamos para salvaguardar nuestra muy amenazada biosfera.
    •    Pronto será demasiado tarde para cambiar el rumbo de la actual trayectoria que nos lleva al fracaso y nos estamos quedando sin tiempo.
Aunque este Segundo Aviso contiene y refiere el primero, sin duda la sensación es de menor radicalidad, de menor urgencia, de ser menos antisistema en defensa del Sistema (Humano y Biológico).
Resumo en una tabla algunos aspectos internos y externos que diferencian a las dos advertencias:
Primera Advertencia (1992)
Segunda Advertencia (2017)
Firmas: 1.572 (científicos seniors)
Premios Nobel: 99 (de 196 vivos)
Firmas: 15.634 (+2.160 añadidas hasta el 15 de noviembre de 2017). Firman las dos: 583
Premios Nobel: 5
Nº de palabras: 1.368
Nº palabras: 1.300 + 1 figura y apéndices.
Medios de Comunicación: 0
246.000 resultados en Google de: scientists “Warning to Humanity” news (visto 15/11/17)
CNN, Fox, The Sun, Washington Post, BBC…
Medidas: (traducidas al lenguaje actual)

    •    Protección de la integridad de los Sistemas Terrestres
    •    Prioridad a fuentes energéticas limpias de pequeña escala
    •    Parar la deforestación
    •    Eficiencia en manejo de recursos
    •    Estabilización de la población
    •    Eliminación de la pobreza
    •    Igualdad de género, control de la mujer sobre la reproducción
    •    Reducción de la violencia y las guerras
    •    Cooperación Norte-Sur
Medidas:

    •    Parar degradación, restaurar e incrementar reservas de hábitats y ecosistemas naturales
    •    Evaluar población humana sostenible
    •    Desperdiciar menos alimentos
    •    Mejores dietas, más vegetarianas
    •    Reducir índices de fertilidad
    •    Mayor educación ambiental
    •    Mayor inversión ambiental, menor monetaria
    •    Incrementar tecnologías, renovables en especial
Llamamiento a:
Nueva ética que reconozca la capacidad limitada de la Tierra y su fragilidad.

    •    Se requiere la ayuda de la comunidad científica, de los líderes empresariales e industriales, de los líderes religiosos, de los pueblos…
    •    “Llamamos a todos a unirnos en esta tarea.”
Llamamiento a:
Presionar a los líderes políticos:

    •    Se requiere que científicos, medios de comunicación y ciudadanos los presionen y re-examinar nuestro comportamiento individual (reproductivo y de consumo)
    •    “Debemos reconocer, en nuestras vidas diarias y en nuestras instituciones de gobierno, que la Tierra con toda su vida es nuestro único hogar.”
Ventana de oportunidad:
Una o unas pocas décadas para cambios radicales.
Ventana de oportunidad:
Pronto, el tiempo se está acabando.
Llevo sosteniendo que la acumulación de pruebas científicas es abrumadora para la Primera Advertencia, sigo creyendo que habría sido necesaria una “nueva ética” y actuaciones radicales en cuanto al impacto sobre los ecosistemas naturales, la igualdad de género, la eliminación de la desigualdad humana, la paz y los conflictos, la estabilización de la población y el empleo de tecnologías eficientes y de pequeña escala. Todo ello, para evitar el colapso civilizatorio.
Hoy ya no podemos evitar que el progreso de la humanidad quede enormemente disminuido y este debería ser el comienzo de la carta que deberíamos haber firmado, pero no nos atrevimos (¿?). Quizás porque 25 años después, falta una visión más integral por parte de los científicos, que suelen seguir en la senda reduccionista: por ejemplo, los expertos de cambio climático no suelen serlo en biodiversidad, y a la inversa, y carecen de tiempo para leer los artículos en las revistas de sus colegas fuera de su propio campo. Los que procuramos leer de todos los campos somos cada vez menos. Quizás también hemos cogido miedo a parecer demasiado catastrofistas (Hansen, Vilar), en especial dado que cada vez es más claro que de lo que se trata es de cambiar radicalmente todo nuestro sistema socio-económico (la razón por la cual superamos el problema del agujero de ozono: no necesitaba ningún cambio fundamental, solo pequeños cambios tecnológicos, a diferencia del resto de los problemas que, de hecho, hemos empeorado en estas décadas).
Además, es verdad que los científicos hoy tenemos el problema inverso de exceso de información, y este exceso es tan negativo como lo es su falta. De hecho, no sirve de mucho —quizás de nada— que miles de noticias se hayan lanzado en los días siguientes a la publicación del artículo en miles de medios de comunicación del mundo. En la vorágine bulímica de las noticias, ¿cuántos hemos leído con calma los textos referidos? Además, el Sistema (antisistema) de Poder, se permite lanzar ahora esta noticia porque quizas, a diferencia de 1992, sabe que no importa mucho, que su relevancia seguramente se olvidará en unos días —o en cinco minutos—. Hemos pasado de anorexia a bulimia. Casi nadie se acordará el día que vaya a votar en unas elecciones —si vive donde puede hacerlo— de que la presión sobre los políticos que nos pide esta Segunda Advertencia la va a rendir y seguirá votando a partidos antisistema; es decir, que ni siquiera esa pequeña presión la ejercerá bien.
Pero todo eso lo tenemos en cuenta algunos para afirmar que el colapso de la civilización es ya inevitable (mientras seguimos firmando manifiestos de advertencia). Quizás se pregunte el lector o lectora para qué firmé esta Advertencia, la razón es simple, porque “todo se realimenta”.
Nos seguirá sirviendo para ayudar a crear pequeñas ondas en la tormenta, para apelar a la necesidad urgente e imperiosa de crear una nueva ética (además de no olvidar las éticas humanistas), que será cada vez más imperiosa y urgente conforme nos vayamos deslizando hacia abajo en todas y cada una de las curvas que la figura de la Segunda Advertencia nos enseña; y hay muchas más, serán casi todas las demás que imaginemos. Tan solo hay una curva que no nos debemos permitir que colapse demasiado porque convertiría en verdaderamente horribles esos descensos: la ética de la compasión humana hacia los humanos y hacia la biosfera.
Soy optimista porque todo se realimenta y confío en usted, lector(a) Homo sapiens.
Casdeiro, a partir de un openclipart de Rgesthuizen
Referencias
    •    Hansen, J.: Dangerous Scientific Reticence.
    •    Puig Vilar, F.: De la realidad ontológica a la percepción social del cambio climático: el papel de la comunidad científica en la dilución de la realidad.
Fuente: https://www.15-15-15.org/webzine/2018/01/05/la-advertencia-a-la-humanidad-de-los-cientificos-25-anos-despues/ - Imagenes: Casdeiro, a partir de un openclipart de Rgesthuizen - ‪NotiTotal‬ - ‪www.bibliotecapleyades.net‬950 × 589

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