Chile/Patagonia sin Represas: La tarea inconclusa

En más de alguna ocasión, cuando había motivos para celebrar un avance en la causa Patagonia sin Represas, se alzaron necesarias voces advirtiendo que tales logros no eran definitivos, que aún restaba mucho por recorrer.  Que una resolución podía ser revertida, que una declaración podía esconder una estrategia dilatoria, que un apoyo podía ser motivado por intereses más allá de la responsabilidad socioambiental.

Por: Patricio Segura

Y en más de alguna ocasión, la respuesta a tales afirmaciones fue “si alguien pone como logro del éxito de la causa una cadena nacional con el gerente de HidroAysén reconociendo su error, anunciando el desistimiento del proyecto y la devolución de los derechos de agua, que espere sentado porque tal no va a ocurrir”.  Con un ejemplo extremo, imposible, se pretendía dar cuenta de que en los procesos de largo plazo, incluso intergeneracionales, por cierto que es positivo divisar el trecho que falta por recorrer pero también mirar hacia atrás, asimilando lo avanzado.
El 28 de agosto de este año, el director regional del Servicio de Evaluación Ambiental recibió una carta.  El documento estaba firmado por los representantes de Energía Austral Carlos Prat y Sebastián Avilés.  En este, en lo medular, le solicitaban “tener por renunciada la Resolución Exenta Nº 180, de 2013, modificada por la Resolución Exenta Nº 914, de 2016”.   Caía, así, el proyecto de represa río Cuervo.
El 31 de octubre de este año, el Tribunal Ambiental de Santiago emitió su dictamen con respecto a la reclamación de HidroAysén impugnando la resolución del Comité de Ministros de 2014 que revocó la resolución de calificación ambiental que aprobó las cinco represas en los ríos Baker y Pascua. La corte especializada decidió desestimar gran parte de los argumentos de la sociedad compuesta por Enel-Endesa y Colbún, haciendo inviable la iniciativa.  El fin de semana siguiente, este domingo, un artículo de prensa dio cuenta de la decisión ya tomada de desechar definitivamente la idea y devolver los derechos de agua al Estado.   Y ayer, de no recurrir a la Corte Suprema.  Cae, así, el proyecto de represas de HidroAysén.
Han pasado varios años, más de una década, desde que se iniciara la causa, campaña y movimiento Patagonia sin Represas. Muchos cambios han ocurrido en Aysén y Chile en este período.  Estuvimos en dos fuertes procesos de movilización, tanto en rechazo a los proyectos de represas como en el conocido movimiento “Aysén, tu problema es mi problema”.  Hoy por hoy el turismo se ha alzado como la actividad económica símbolo de una región no solo orgullosa de su naturaleza sino que ve en ella una oportunidad, cuidando lo que se tiene, no destruyéndolo.
Pero claro, para muchos de nosotros la tarea nunca fue solo Patagonia sin Represas.  Es, en concreto, Aysén Reserva de Vida.  Es la visión que se ha construido desde hace más de tres décadas y que se seguirá levantando, más allá de amenazas puntuales e ideas salvadoras como un turismo de corte extractivista que solo ve en los ecosistemas de esta tierra un negocio.  Al final, el mismo leit motiv de las represas pero con otro nombre.  A fin de cuentas, ese es el problema mayor. No de Aysén, sino de nuestra humanidad.
Hemos avanzado, claro está.  Tanto así que ya nos es imposible utilizar como ejemplo de realismo la insensatez de exigir a los impulsores de las represas en Aysén que reconozcan lo inviable de su proyecto y devuelvan los derechos de agua. Podremos discutir el motivo del anuncio (falta de legitimidad social, ERNC competitivas, costos del proyecto, elevado valor de las patentes por no uso de sus derechos de agua), lo concreto es que lo ilógico mutó en real.  Y en esa ocurrencia, todos y todas quienes nos sumamos a lo largo del camino somos responsables y podemos sentirnos un poco, aunque sea un poco, dueños de este triunfo.  De este logro.  De este hito ciudadano y colectivo.
Dicen que los cambios los producen los disconformes. Algo de cierto hay en aquello. Porque más allá de lo que acá se ha dicho, la tarea final no es bajar un proyecto, tampoco obtener una resolución favorable.  No es cambiar la ley, ni siquiera la Constitución.  El trabajo de fondo es cambiar el sentido común que sigue viendo la naturaleza como una despensa y, luego del proceso productivo, como un vertedero.  Y eso ocurre en Aysén, Chile y allá afuera.  Ha ocurrido ayer, hoy y seguirá pasando mañana. Es cosa de ver las manos alzadas entre autoridades de gobierno y generadores en torno a la utopía full electric (electromovilidad mediante), sin mención relevante a la necesidad de un modelo menos intensivo en demanda de energía, ahorro y eficiencia energética.
Mientras tal sentido común se mantenga, tal sentido común que es un clásico de la humanidad, la tarea estará inconclusa.  Porque de eso trata, al fin y al cabo, todo proceso intergeneracional.  En este caso, fundamental.
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Los últimos estertores de HidroAysén y Energía Austral
Este 31 de octubre, justamente para el “día de los muertos” el Tribunal Ambiental de Santiago mantuvo en su sentencia el rechazo al proyecto HidroAysén, lo cual no deja de ser simbólico. En esa resolución el Tribunal Ambiental desestimó todas las alegaciones jurídicas de la empresa y solo aceptó dos alegaciones técnicas, con lo cual se mantiene el veredicto de rechazo al proyecto del Comité de Ministros

Por: Peter Hartmann.

Entre quienes ya desde agosto del 2005 nos opusimos a ese megaproyecto, inicialmente de Endesa, y en enero 2006 constituimos la Coalición Ciudadana por Aisén Reserva de Vida con una visión crítica de ese proyecto, a prácticamente 12 años de entonces y sobre once y medio de la primera manifestación en el Baker, evidentemente que la noticia nos alegró y emocionó mucho. Parecía ser el final de una larga y épica campaña en defensa de Aisén Reserva de Vida y contra un megaproyecto, el más grande del país, que amenazaba la integridad y sustentabilidad regional. Sin embargo, aún queda por ver si la empresa hace un último esfuerzo recurriendo de casación a la Corte Suprema y ahí a veces los fallos resultan contrarios a toda lógica como ya ha ocurrido en otras ocasiones.
HidroAysén ya recurrió a la Corte Suprema por una solicitud de derechos de aprovechamiento de agua que le ha estado rechazando la Dirección General de Aguas. Sin esas aguas el proyecto no es realizable, al menos con su actual diseño. Esto implica que el megaproyecto quedaría sujeto a dos sentencias de la Corte Suprema, si es que recurren nuevamente, y que esperamos también nos sean proclives y mantengan el rechazo. Por lo tanto, aún queda un esfuerzo legal y en juntar deseos por una Patagonia sin Represas.
Por otra parte, mientras la empresa siga teniendo los derechos de agua del Baker, Pascua y Del Salto, obtenidos  en el ocaso de la dictadura, perfectamente puede rehacer su proyecto y volver a presentarlo. Al menos vimos a Colbún aun tratando de salvar  algo del proyecto y esos derechos de agua. Y si cuenta con un nuevo gobierno que le sea afín, se le facilitan las cosas. Por eso es importante que Enel, si se disuelve HidroAysén, devuelva esos derechos de agua que son su aporte a la sociedad, así como lo hizo en el Puelo, Futaleufú y otros ríos hace no mucho. Como lo mismo ocurre también con Energía Austral, sigue siendo importante que la Política Energética Regional de Aysén, actualmente en evaluación ambiental estratégica, no de espacio al extractivismo energético con sus mega-centrales y líneas de exportación, sino que se concentre en resolver la problemática energética regional con energías renovables no convencionales, como lo ha planteado la propia gente de Aisén y hasta algunas empresas regionales. Por lo demás, los hechos han demostrado que reemplazando diesel en la generación la tarifa baja. A propósito ¿Qué sacamos si HidroAysén y Energía Austral devuelven sus derechos de agua y al día siguiente tememos a alguna otra transnacional haciéndose de ellos para otros megaproyectos? De ahí también la importancia en la modificación del Código de Aguas.
Luego, el domingo, vimos una publicación sobre una reunión confidencial con algunos dirigentes de ONG’s de hace unos meses en que se afirma que HidroAysén bajará cortina a fines de noviembre (después de las elecciones) y que están viendo qué hacer con los derechos de agua y las 6000 hectáreas de campos de su propiedad ubicados en Lago Cochrane, Valle Grande, Rio Tranquilo y Coyhaique.  Por nuestra parte, esperaremos con ardiente paciencia a que se concrete dicho anuncio y esa empresa, además de devolver los derechos de agua, se deshaga de esos campos que seguramente algún “hijo de pionero del Baker” y cierto Diputado candidato a Senador recibirían gustosos.  También esperamos que abandone sus recursos ante la Corte Suprema. Recién ahí, nos parece vale celebrar lo que con tanto esfuerzo y sacrificio de cientos y luego miles, algunas y algunos hasta desde el más allá, hemos logrado en esta lucha épica de la ciudadanía inmovilizando al gigante Gulliver.
En cuanto a Energía Austral, herencia de Alumysa, con quienes lidiamos desde 1990, esperaremos también a que devuelvan los derechos de agua y sus sobre 20 mil hectáreas de terrenos adquiridos a precio vil por Proyectos de Aysén, los que podrían llegar a constituir una hermosísima  área protegida de alto valor para el país y el planeta, donación que ya sugerimos hace años al CEO de Xstrata.
¡Patagonia sin Represas!

Por: Peter Hartmann, Coordinador Coalición Ciudadana por Aisén Reserva de Vida

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