"¿De qué sirve castigar la violencia de género si la estamos alimentando constantemente con la publicidad?"

Yolanda Domínguez, experta en comunicación visual, destaca la importancia de la educación como base de "los roles sociales que construyen nuestra identidad".

Sandra Rodriguez

MADRID.- “Las imágenes determinan el papel que ocupamos en la sociedad”, afirma de manera contundente Yolanda Domínguez, artista visual y activista madrileña, que con sus proyectos pretende concienciar al mundo de la equivocada representación de la mujer en la publicidad como reclamo visual: “La libertad de expresión existe, pero, ¿hay responsabilidad de expresión?”. “Cambiar la imagen para cambiar el mundo” es el mensaje de Yolanda.

“Me habría encantado tener un referente femenino como MacGyver”

Los cuentos infantiles, las películas de cine, las series de televisión y la publicidad nos acompañan en el período educativo, inculcando los roles sociales de cada colectivo y creando referentes idealizados que construyen nuestra identidad.
La experta en comunicación visual ha afirmado que las referencias femeninas que le han acompañado a lo largo de su vida han sido Caperucita Roja, “un reflejo de lo que somos las mujeres en la sociedad: débiles, desprotegidas; donde la figura masculina es el animal que agrede”; La ratita presumida, que espera que llegue el momento de casarse mientras limpia su casa; o Candy Candy, que “sufre y llora todo el día por la injusticia del mundo, en lugar de hacer algo”.
En cambio, los referentes masculinos son “aventureros, valientes, salvadores de la figura femenina, que sólo aparece como acompañante del protagonista”. Yolanda pone como ejemplo Willy Fog o Terminator, mientras que las mujeres de las series, si adquirían esos roles, “era porque tenían superpoderes, como Sabrina”, ha afirmado.
Yolanda critica el rol de la figura masculina como salvador del mundo a través de la violencia. “Me habría encantado tener un referente femenino como MacGyver”, ha asegurado, pero en cambio, “la percepción de la mujer es que tiene que ser salvada por el hombre”.
Comunicar a través de estereotipos
La artista visual ha criticado que “los roles siguen siendo los mismos en pleno 2016”, con el matiz de que “se ha incrementado el elemento sexo y violencia”: “Cuando vemos un anuncio escandalosamente sexista, pasamos la página sin inmutarnos, porque hemos normalizado esas imágenes”. “Los Mass Media tienen el objetivo económico de llegar al máximo de personas y lo consiguen a través de promocionar los estereotipos”, ha asegurado Yolanda, poniendo como ejemplo el tradicional relato de los cuentos de Disney: donde la figura femenina es inocente y guapa, el hombre es poderoso y valiente, y la mujer mayor es mala. “Además del machismo, incluye también una faceta racista cuando los personajes secundarios tienen todos acentos latinos”.
La publicidad cotidiana incluye muchos estereotipos invisibilizados, como la mujer blanca y delgada, un cuerpo ligero de ropa y disponible ante la mirada masculina. Yolanda ha recalcado que ése es el origen que da pie a la violencia de género, ya que objetifica a la mujer, cuya representación no tiene identidad, “es sólo un trozo de carne y no un ser humano”.
Yolanda ha promovido varios proyectos para concienciar de esta problemática, como uno en el que mujeres vestidas con picardías y ropa interior acuden a las tiendas de multiópticas, a raíz del spot publicitario que habían lanzado. Los empleados las echaban alegando que “daban una mala imagen a la marca”. Otro de sus proyectos fue que las mujeres imitaran en la calle las poses de las modelos femeninas en los anuncios de revista. “Es curioso que una pose dentro de una revista no genere nada y en la calle cause tanta expectación e incluso vaya la policía para ver qué sucede”, ha recalcado.
Enseñar a ver y entender las imágenes
Yolanda Domínguez ha destacado la importancia de prestar una mayor atención al significado de las imágenes que nos abordan día a día, no sólo a lo que se puede observar, sino también a la parte invisibilizada: “Lo que escuchamos o leemos se olvida con mayor facilidad, pero la imagen permanece y adopta el papel de convencer”.
El origen se encuentra en la educación, por lo que la experta en comunicación visual propone enseñar, desde pequeños, a ver y entender las imágenes para aprender a filtrarlas: “Sólo escucho ‘más medidas contra la violencia de género’, pero nadie se preocupa por ver de dónde viene”.
1. Denunciar en las redes y en la propia entidad lo que no nos gusta.
2. Dejar de ser la parte pasiva en las representaciones visuales y elegir cómo queremos ser representadas: mostrándonos como somos.
3. Promover una imagen de la mujer que no sea únicamente la corporal, como la faceta profesional o la creativa.
4. Enseñar a ver y entender las imágenes para poder filtrarlas desde la educación.
5. Ejercer nuestro poder de compra: comprar el producto es apoyar su publicidad.

Fuente: Publico.es - Imagen: Fotografía de la campaña publicitaria de la marca 'Miu miu' en 2015.

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