¡Detengan las represas en la Cuenca del Mekong!



En septiembre de 2014, varias redes de comunidades pesqueras de Camboya y Tailandia se reunieron para compartir experiencias y denunciar los impactos relacionados con las mega represas hidroeléctricas que se construyen a lo largo del curso principal del río Mekong y sus afluentes. Con un espíritu de gran solidaridad y compromiso, advirtieron que el futuro del río Mekong, madre de todos los ríos del sudeste asiático, así como de los medios de vida y sustento y de las culturas de quienes dependen de él, corren serios riesgos frente al rápido avance de la construcción de represas hidroeléctricas de gran escala (1).

Desde mediados de 2006, empresas de Tailandia, Malasia, Vietnam y China han estado preparando detallados estudios para la construcción en cadena de doce grandes represas hidroeléctricas en la corriente principal del río Mekong: ocho en Laos, dos en Camboya y dos en la frontera entre Tailandia y Laos. La mayor parte de la energía generada se enviaría a las ciudades hambrientas de energía en Tailandia, y algunas en Vietnam, Camboya y Laos. En total, las represas crearían más de 600 km de embalse a lo largo del río Mekong que, según las estimaciones oficiales, requeriría el reasentamiento de 88.000 personas (2). En 2008 se creó la coalición “Salvemos el Mekong”, que lanzó una campaña para proteger el río Mekong de esas represas. La coalición está constituida por una red de grupos de la sociedad civil, académicos, periodistas, artistas, pescadores, agricultores y gente común de los países del Mekong, pero también de la región y a escala internacional, que han estado trabajando juntos en la protección del río, sus recursos y los medios de vida y sustento que ofrece a la gente (3).
Las comunidades pesqueras de la región dependen del río Mekong y del gran lago Tonle Sap en Camboya, el cual también depende directamente de las aguas del Mekong, en especial para el desove y la migración de peces. Los ríos de libre flujo proveen de peces así como de nutrientes que alimentan la tierra de los bosques y las tierras agrícolas. Los ríos y lagos son la base de las culturas y formas de vida locales, y son el sostén de las economías locales, desde la pesca a la agricultura y el turismo. Los bosques inundables a lo largo del Mekong, de sus afluentes y del lago Tonle Sap también proporcionan otros medios de subsistencia, incluso medicinas a partir de hierbas y alimentos. El curso bajo del Mekong y el lago Tonle Sap producen en conjunto 2.100.000 toneladas de peces de agua dulce al año y proveen de alimento a por lo menos 6 millones de personas que habitan en la cuenca. Los principales afluentes del Mekong, incluidos el río Mun en Tailandia, el río Sesan en Camboya y Vietnam y el río Theun en Laos, son las zonas más ricas en materia de recursos pesqueros. El lago Tonle Sap, en cuyas proximidades habitan casi cuatro millones de personas, es también una zona de pesca única y muy valiosa, y es la mayor zona de pesca de agua dulce del sudeste asiático. Si el Mekong no se mantiene saludable, la salud del Tonle Sap también correrá peligro. 
Desde que China inició la construcción de la primera represa en el curso superior del río Mekong, las comunidades pesqueras del bajo Mekong han presenciado cambios drásticos en los niveles de agua y una disminución continua de la pesca. Los afluentes del Mekong se enfrentan a problemas similares. Mientras que el movimiento contra la represa Pak Mun, en el río Mun, se convirtió en el máximo exponente de la resistencia a las represas en Tailandia desde hace más de dos décadas, las comunidades pesqueras de Camboya fueron las primeras en sufrir los impactos de la represa construida en las cataratas Yali, en el río Sesan, en Vietnam. Impactos similares han provocado la represa Nam Theun 2 en el río Theun, en la República Democrática Popular de Laos, que tiene frontera con Myanmar, Camboya, China, Tailandia y Vietnam. Las preocupaciones y las luchas se plantean no solamente dentro de la región del Mekong sino también en otros países del Sudeste Asiático, luchas que son compartidas por grupos internacionales. Sin embargo, los problemas siguen sin resolverse.

La represa Don Sahong 
El gobierno de Laos planea construir la represa Don Sahong - la segunda represa a ser construida en el Bajo Mekong, después de la represa Xayaburi, actualmente en construcción. Si se construye la represa Don Sahong significará bloquear el canal Hou Sahong del Mekong, en el sur de Laos, poniendo en peligro la migración de peces de toda la región, con consecuencias de largo alcance para la alimentación y la soberanía alimentaria de Laos, Camboya, Tailandia y Vietnam. El lugar previsto es también el hogar de una de las últimas poblaciones restantes de los delfines del Irrawaddy, que están en peligro de extinción, así como de las icónicas cascadas Khone Phapheng, además de estar cerca a humedales internacionalmente protegidos en Camboya (4). 
Desde septiembre de 2013, el Gobierno de Laos ha estado trabajando mucho para impulsar la construcción de la represa Don Sahong, e incluso ya se está construyendo alguna infraestructura. Por otra parte, la discusión sobre el reasentamiento de las comunidades de pescadores comenzó antes de consultar a los gobiernos vecinos, a pesar de que los impactos afectarán también directamente a los pueblos de Tailandia, Camboya y Vietnam. Después de varias reuniones, los gobiernos de Camboya y Vietnam finalmente han expresado su preocupación por los posibles impactos de la represa Don Sahong. El gobierno de Vietnam ya había pedido una moratoria de 10 años a la construcción de represas en el Mekong. 
La población local ha estado recibiendo información errónea e incompleta de los posibles impactos perjudiciales de la represa (5). El movimiento “Asamblea de los Pobres” ha pasado 26 años luchando contra la represa Pak Mun en Tailandia, frente a la pérdida de la pesca y otros medios de subsistencia. En diciembre de 2014 pidió al gobierno tailandés que exigiera al gobierno de Laos detener la construcción de la represa Don Sahong. También enfatizó la necesidad de llamar a una reunión de la Comisión del Río Mekong - una organización que gestiona la cuenca regional y está dirigida por los gobiernos de Camboya, Laos, Tailandia y Vietnam - antes de que se adopte alguna decisión, para evaluar claramente los impactos reales de la represa Don Sahong (6).

Las voces de los afectados
A pesar de los graves impactos transfronterizos existentes y las preocupaciones planteadas por numerosos grupos locales e internacionales, la mayoría de las represas están proyectadas y propuestas únicamente por el gobierno que mantiene el poder en la toma de decisiones. Sin embargo, son las comunidades pesqueras, incluso de los países situados aguas arriba y aguas abajo de las represas, quienes deben sufrir sus impactos. 
Una grave preocupación compartida por muchos es que el río Mekong no pueda fluir libremente. Las continuas crecientes y bajantes sin precedentes del río Mekong en toda la cuenca, afectan a las especies de peces y menguan su población. La agricultura costera se ve perjudicada por inundaciones no estacionales que inundan cultivos y socavan la costa. 
Las redes de comunidades pesqueras que se reunieron en septiembre de 2014 reiteraron que “cualquier acción que impida a los pueblos de los países del Mekong saber de las represas o que les prohíba denunciar los proyectos, constituye una completa violación de los derechos humanos y de nuestros derechos básicos. Creemos que el pueblo de la cuenca del Mekong es el dueño del río y de los recursos fluviales. Creemos que el pueblo de la cuenca del Mekong tiene el derecho de proteger nuestros ríos y el lago Tonle Sap frente a cualquier acto que pueda destruirlos. 
Insistimos en que, como pueblo, no permitiremos que ninguna represa en la cuenca del Mekong pueda quitarnos nuestros recursos o apropiarse de ellos. Por eso declaramos conjuntamente que nos oponemos a todas las represas hidroeléctricas a gran escala en la cuenca del Mekong”.

 Fuente:  Boletin 210 del WRM

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