Peces ‘atiborrados’ de insecticida en ríos catalanes (España)


Estos insecticidas se aplican en el uso doméstico --dispositivos antimosquitos, fórmulas antipiojos y productos para mascotas-- y también se usan en el ámbito veterinario y agrícola, ha informado este jueves el Csic en un comunicado.

 Un estudio del Institut de Diagnòstic Ambiental i Estudis de l'Aigua (Idaea) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Institut Català de Recerca de l'Aigua (Icra) han hallado por primera vez peces en ríos catalanes con concentraciones "muy importantes" de insecticidas piretroides. Estos insecticidas se aplican en el uso doméstico --dispositivos antimosquitos, fórmulas antipiojos y productos para mascotas-- y también se usan en el ámbito veterinario y agrícola, ha informado este jueves el Csic en un comunicado. Los investigadores han analizado 42 ejemplares de peces capturados en 20 puntos de muestreo seleccionados a lo largo de cuatro ríos --seis puntos en el Llobregat, cinco en el Ebro, cinco en el Júcar y cuatro en el Guadalquivir--. La principal autora del trabajo, Ethel Eljarrat, ha afirmado que todas las muestras presentan concentraciones detectables de este insecticida, lo que es "sorprendente" porque los piretroides no están considerados contaminantes persistentes y porque hasta ahora no se había encontrado ningún contaminante en el 100% de las muestras. En las últimas décadas, los insecticidas piretroides han sustituido a los plaguicidas organoclorados y organofosforados, puesto que, al contrario que los últimos, sus moléculas se degradan en menos de 90 días, si bien su amplio y constante uso hace que estén siempre presentes y se les considere "contaminantes pseudo-persistentes". Aunque los autores del trabajo ignoran los efectos tóxicos de esas concentraciones, han alertado de que el nivel de piretroides encontrados --hasta 5 microgramos por gramo de grasa-- son más elevados que los de la mayoría de contaminantes emergentes, como los fármacos y los productos de cura personal, por lo que defienden que incluya en los estudios de control y de calidad ambiental. La toxicidad de los piretroides en sistemas acuáticos está ampliamente documentada: las concentraciones letales en agua son inferiores a un microgramo por litro y estudios recientes muestran que la exposición de peces a niveles aún más bajos pude comportar la acumulación de lípidos en el hígado, problemas en el crecimiento, problemas cardíacos y disminución del aleteo. En humanos, estos contaminantes pueden causar efectos neurológicos y carcinogénicos, y la Agencia de Protección Ambiental (EPA, en sus siglas en inglés) de Estados Unidos ha clasificado a algunos de estos --cipermetrina, permetrina y bifentrina-- como posibles carcinógenos humanos. 

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