Alimentación mundial en peligro por la muerte de las abejas. La desaparición de los polinizadores puede vaciar las estanterías de las tiendas de comestibles

Por Carlos de Prada

Estos días un supermercado anglosajón hizo el ejercicio de fotografiar una parte de sus dependencias en dos momentos. Primero, tal y como están hoy en día. Después suprimiendo aquellos productos que no habrá el día que las abejas dejen de polinizar las plantas que los producen. El resultado es espectacular, tal y como puede apreciarse comparando unas y otras instantáneas. Habría muchos espacios vacíos. De 100 cultivos que dan el 90% de los alimentos del mundo, 71 son polinizados por abejas
Habría muchos espacios vacíos. Los que hoy ocupan manzanas, cebollas, aguacates, zanahorias, mangos, limones, limas, melones, calabacines, berenjenas, pepinos, apio, coliflores, puerros, coles, brócolis,... que serían mucho más difíciles de encontrar si no existiesen los polinizadores.
El ejemplo visual, mostrado por la cadena de supermercados Whole Foods Market, no es más que ilustración de un hecho asumido: la producción de una parte importante de la agricultura caería brutalmente sin las abejas y otros polinizadores.
Las abejas son claves en la agricultura mundial
Según datos de la FAO de 100 cultivos que dan el 90% de los alimentos del mundo, 71 son polinizados por abejas. En Europa el 84% de las especies de 264 cultivos son polinizados por insectos. No hace falta tener mucha imaginación para percatarse del impacto brutal que la desaparición de los polinizadores tendría para la agricultura. Y lo mismo cabe decir del impacto que podría tener sobre la flora silvestre. Miles de especies vegetales existen gracias a los insectos. Nada menos que el 87% de las plantas con flores del mundo dependen de animales para la polinización.
Las pérdidas económicas que ocasionaría la pérdida de la polinización serían enormes
Es por cosas como estas que Albert Einstein, de una forma acaso un tanto exagerada, dijo que si las abejas desaparecieran al hombre le quedarían cuatro años sobre la tierra.
Las pérdidas económicas que ocasionaría la pérdida de la polinización serían enormes. Según la Comisión Europea el valor de la polinización en Europa sobrepasa los 22.000 millones de euros anuales. En el mundo la cosa llegaría a los 265.000 millones anuales.
Sin polinización un tercio de los cultivos perderían productividad (la productividad bajaría hasta un 75%). Y la polinización es esencial para obtener muchas frutas, verduras, leguminosas, frutos secos, cultivos forrajeros,... Los cultivos polinizados se cuentan entre los más valiosos. El valor por tonelada de los cultivos polinizados es un 500% (cinco veces) superior al de aquellos que no dependen de la polinización.
Se está dando una lamentable circunstancia. Que aunque la demanda de ésos cultivos dependientes de la polinización crece de día en día, en paralelo están cayendo las poblaciones de abejas y otros polinizadores. En especial en zonas como Norteamérica y Europa, aunque también en otras áreas como China o Egipto. En EE.UU. se habrían perdido entre el 30 y el 40% de las colonias desde 2006. En Europa, la media sería de un 20%. Europa Central habría perdido un 25% desde 1985. En el Reino Unido podría ser un 54%. Países como España, aunque no se hayan realizado cuantificaciones más o menos exactas, han sufrido también fuertes caídas de poblaciones en algunas zonas. Y España es el país líder de la UE en producción de miel y polen.
Insecticidas que perjudican a las abejas
¿Por qué están cayendo las poblaciones de abejas?. Las razones son diversas y actúan combinadamente, potenciándose unas a otras. Entre ellas algunas enfermedades y parásitos, como el ácaro Varroa o el microsporidio Nosema, que producen grandes estragos. También factores como el debilitamiento derivado de la falta de polen que traen aparejados los extensos monocultivos en torno a los cuales se han eliminado los linderos, llenos de flores, con maquinaria y herbicidas. Y, por supuesto, entre los principales factores que dañan a las abejas se cuentan una serie de insecticidas que están en el punto de mira de los científicos.
Entre los efectos que los más diversos estudios científicos han asociado a la exposición a diversos insecticidas se citan muchos, y van desde la muerte de las abejas, a la reducción de su capacidad de identificar las flores, o de recordar el camino de vuelta a la colmena, pasando por otros muchos que podrían venir a darse la mano en serios quebrantos a las poblaciones de abejas.
Han llegado a contarse hasta 17 pesticidas diferentes en una sola muestra de polen
Insecticidas y abejas congenian mal. Sin embargo, han llegado a contarse hasta 17 pesticidas diferentes (insecticidas, fungicidas, herbicidas, acaricidas,...) en una sola muestra de polen.
Greenpeace publicó hace poco un completo informe sobre "el declive de las abejas" que resumía el problema, pidiendo la eliminación de 7 pesticidas. Entre ellos estaban tres que la UE ha resuelto recientemente prohibir temporalmente para algunos usos, como el famoso imidacloprid, la clotianidina y el tiametoxam (pertenecientes a una familia de insecticidas que cada vez estás siendo más controvertida: los neonicotinoides). Los otros cuatro serían el fipronil, el clorpirifos, la cipermetrina y la deltametrina.
La lucha ecologista, que es a la vez la de muchos científicos y apicultores, se concentra en ampliar la prohibición y se ve respaldada cada vez con más fuerza. Lo último fue la aprobación de un informe de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) reconociendo los riesgos del fipronil usado en algunos cultivos. Luis Ferreirim, experto de Greenpeace en la materia lamenta "la excesiva lentitud con la que se están adoptando medidas, haciendo un llamamiento a las autoridades para que se actúe con celeridad en el caso del fipronil y de otras sustancias que se sabe que pueden representar una amenaza para los polinizadores". Veremos qué pasa con este insecticida y con los demás. De un lado está la conservación del medio y los servicios clave que representa la polinización. Del otro, los intereses de algunas pocas grandes empresas químicas: Bayer, Syngenta, Basf, ... capaces de mover muchos resortes.
La alternativa mejor, como comenta Greenpeace en su informe estaría clara: la agricultura ecológica, sin uso de pesticidas. También aumentar la diversidad florística en el entorno de los cultivos, huyendo del emprobrecimiento que suponen las grandes extensiones de monocultivos. Sería importante mantener lindes, barbechos, setos y áreas naturales, alrededor de las áreas cultivadas, que al favorecer la alimentación de los polinizadores haría crecer la productividad de los cultivos. Lo que sería mejor se sabe. Otra cosa será que lo mejor para todos se imponga a lo que es lo mejor para unas cuantas empresas. Está en juego uno de los procesos naturales más importantes: la polinización.

Estrella digital - Imagenes: dw.de

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