Uruguay: Día Internacional de Lucha contra los Monocultivos de Árboles


El 21 de Septiembbre se celebra el Día Internacional de lucha contra los Monocultivos de Árboles. Organizaciones y movimientos sociales alzaron su voz durante este día en varias partes del mundo para manifestar su rechazo al avance de las plantaciones forestales sobre sus territorios.
A nivel global se estima que las plantaciones industriales de árboles han cuadruplicado su superficie, sobre todo en los países del Sur, donde los actores involucrados en el negocio encuentran condiciones más favorables.
Uruguay no está ajeno a este proceso. Este país se encuentra en la lista de los que han tenido niveles de expansión muy altos; hoy tiene más de 1 millón de hectáreas forestadas con especies exóticas (pinos y eucaliptos), y los promotores estiman que esto es sólo un pequeño porcentaje de la superficie que se puede llegar a ocupar.
El país perdió cientos de miles de hectáreas, y decimos que las perdió porque están en manos de un puñado de trasnacionales del sector forestal. Y bien sabemos que los monocultivos industriales de árboles, cuando llegan, se quedan largo tiempo, para desgracia de quienes los rodean, puesto que pierden el agua, sus producciones locales, sus vecinos, su paisaje, su identidad (1).
Entre estos actores es necesario destacar la presencia de la finlandesa UPM y la sueco-finlandesa–chilena Montes del Plata, que ocupan los primeros lugares en el ranking de acaparadoras de tierras. Entre ambas poseen casi medio millón de hectáreas de tierra nuestro país.
Montes del Plata está construyendo su primera planta de celulosa en el departamento de Colonia, con la cual producirá aproximadamente 1,5 millón de toneladas de pulpa de celulosa. Para este negocio le sería muy favorable contar con 100.000 hectáreas cercanas a la planta de celulosa –en un radio de 200 km– para plantar sus árboles. A través de un contrato secreto de inversión la empresa exigió al gobierno –entre otras condiciones– que se le reconsiderara la categoría de suelos en las zonas adyacentes a la fábrica de forma tal que pudieran ser declarados de prioridad forestal (2). Esta re-categorización y la consiguiente autorización a establecer sus plantaciones, pone en jaque a cientos de familias de los departamentos de Colonia y San José –principales afectados por el cambio– que se dedic an tradicionalmente a la producción lechera (3).
UPM (Ex Botnia) es muy conocida por los uruguayos; es la propietaria de la tristemente célebre planta de celulosa en Fray Bentos que le costó al país un conflicto de enormes proporciones con la Argentina, y que al día de hoy sigue sin resolverse. UPM está además detrás del proyecto de puerto maderero de La Paloma, proyecto que viene siendo resistido por la Unión de Vecinos de La Paloma (UVLP) porque consideran que “no deja un balance positivo para nuestra localidad, ni para el departamento ni para el país” (4). Recientemente, el presidente de la República anunció públicamente que UPM piensa construir su segunda fábrica de celulosa (y la tercera en el país) sobre el río Negro, frecuentemente afectado por grandes sequías y al que no cabe duda que las emisiones de una fábrica de celulosa no le r esultarán beneficiosas.
Esta enumeración de hechos por todos y todas conocidos apunta a levantar el tema de la expansión de la forestación, con su corolario de acaparamiento y concentración de tierra y pérdida de soberanía.
Desde Guayubira seguimos defendiendo un desarrollo genuino, que no implique hipotecar el futuro. Y sin duda, convertir al país en un enclave forestal no va en esa línea.
Por eso, convocamos a decir ¡NO! a más plantaciones industriales de árboles, ¡NO! a más fábricas de celulosa, ¡NO! a que comprometan nuestros suelos y nuestros ríos. Y a decir ¡SÍ! a la búsqueda de políticas que apoyen las economías y mercados locales, la producción familiar y la soberanía alimentaria. 


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